“No las Hemos de Olvidar”: el relato de los cuatro veteranos escobarenses que regresaron a las Islas Malvinas 

Cerrar un capítulo, sentir paz y honrar a los compañeros. Así resumieron su experiencia los cuatro veteranos de Malvinas de Escobar que, gracias al programa municipal No las Hemos de Olvidar, regresaron a las islas donde combatieron hace 43 años. 

Alejandro Ceballos, Claudio Sánchez, José Raúl Ibáñez y Marcelino De León viajaron junto a un contingente de excombatientes de todo el país y pasaron ocho días y siete noches en suelo malvinense. El viaje fue financiado íntegramente por la Municipalidad de Escobar a través del programa No las Hemos de Olvidar, creado en 2018, a través del cual 20 veteranos escobarenses ya regresaron a las islas. 

«Se completó un libro, un capítulo. Eso me hizo bien y estoy tranquilo», dijo Ceballos, quien pudo recorrer el Monte Longdon donde había combatido junto a sus compañeros del Ejército Argentino. “Recorrimos como quince, veinte kilómetros. Desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Volvés para atrás de golpe”, contó emocionado, al recordar los caminos que transitó como soldado. “Ver el galpón donde armamos las mochilas, las ranchadas… Fue espectacular después de tantos años”. y agregó: “Estoy más que agradecido al Municipio y a todos los muchachos del Centro de Veteranos de Escobar”.

Durante el acto conmemorativo por los 43 años de la guerra, el intendente Ariel Sujarchuk había despedido al contingente local, que partió de Río Gallegos el 11 de abril. Para muchos de ellos, volver significó sanar heridas abiertas. “Creo que cerré un capítulo de la historia, volví con otra fuerza y con una perspectiva diferente”, dijo Claudio Sánchez, que con apenas 18 años le había tocado ser parte del apoyo logístico del Ejército. En esta visita recorrió los montes William, Tumbledown, Dos Hermanas y Longdon. “Me sentí como de 18 años otra vez. Volví a tener los pies mojados, las medias mojadas, el viento frío en la cara”, relató conmovido.

Para José Raúl Ibáñez, suboficial mayor de Prefectura, el viaje representó entre otras cosas un acto de homenaje, ya que en 1982 formaba parte de la tripulación del guardacostas Río Iguazú, que sufrió un ataque aéreo británico. En medio de ese combate, Ibáñez tomó la posición de un compañero herido de muerte y logró derribar uno de los aviones enemigos. «Lo más grande fue que pudimos bajar el cuerpo de nuestro compañero y darle sepultura», resaltó sobre aquella hazaña por la cual fue condecorado. En esta oportunidad, pudo visitar el cementerio y rendirle homenaje: «Nos trajo paz. Al principio dudaba del viaje, pero me convencieron y no fue en vano. Me estoy poniendo grande y cada vez se hace más difícil».

Marcelino De León, quien estuvo a bordo del ARA General Belgrano —hundido el 2 de mayo de 1982—, fue el único del grupo que no combatió en las islas. Sin embargo, su vivencia fue profundamente transformadora. “Es ver la historia realmente contada por ellos, no en un salón o en una plaza”, dijo. Al llegar a la cumbre de uno de los montes, extenuado pero conmovido, gritó “¡Viva la Patria!”, como muchos de sus compañeros. “Vi cosas hermosas del ser humano que se expresaban como podían: algunos lloraban, otros cantaban el himno. Y eso te conmueve”.

El viaje, que comenzó el 11 de abril y culminó el 20, tras una escala en Río Gallegos, no solo significó una experiencia personal para los excombatientes, sino también un acto de memoria colectiva que la Municipalidad de Escobar sigue honrando cada año.