A tres años de haber asumido la conducción del distrito, el intendente Ariel Sujarchuk habló de todo, sin filtro y picante, pero también reflexivo y autocrítico.
Entrevista de El Día de Escobar:
-Si pudiera volver el tiempo atrás para corregir algo de lo que se haya arrepentido en estos tres años, ¿qué cambiaría?
-Pensaría algunas formas de nuevo. Yo soy autocrítico de algunas formas con las que arrancamos. Gané las elecciones en un clima político nacional y provincial hostil. Y muchos creyeron que me iban a llevar puesto. Esto me provocó actitudes muy duras, que fueron necesarias al principio, pero tendrían que haber sido manejadas de otra manera y separar mejor el mundillo de la política del de los vecinos. Tengo que tener una responsabilidad distinta a los demás por ser intendente, que es lograr que el respeto sea el que prime en las relaciones, a pesar de las diferencias.
Con ese tono transcurrió la entrevista que el director de este portal, Ciro Yacuzzi, le realizó el lunes a la tarde al intendente en la Sala de Reuniones del Palacio Municipal, al cumplirse tres años de su asunción.
“Me postulé como intendente porque creí que podíamos transformar la realidad del partido de Escobar. Si el contexto económico, social y político hubiera sido diferente, podríamos haber hecho más de lo que hicimos este tiempo. Igual, me siento orgulloso. Cada vez hay más gente se da cuenta de que Escobar hoy está progresando”, sostuvo en el tramo inicial de la conversación.
“Somos también derribadores de mitos históricos del distrito. Que si hay un gobierno de un lado u otro, las cosas no se pueden hacer. Depende de cómo uno va a buscar los recursos. Si acá han venido recursos nacionales y provinciales es porque, de manera constante, profesional y metódica, nosotros los vamos a buscar”, aseguró.
“Saber que cientos de vidas se han salvado gracias a las UDP de Savio y de Garín, a mí me conmueve. Como también me conmueve el Centro de Salud Mental y Adicciones”, expresó al repasar las obras inauguradas durante la gestión que encabeza.
También destacó la reapertura del teatro Seminari, la modernización de la terminal de ómnibus, la repavimentación y puesta en valor de la calle Rivadavia, así como la remodelación del parque de la estación de Escobar, entre las más importantes de 2018.
Entre los proyectos para su último año de mandato -tendrá cuatro más si consigue la reelección en octubre- enumeró la terminal de media distancia en el boulevard Güemes, la creación de un polo judicial, la apertura del colegio preuniversitario de la UBA, el microestadio de Garín y la reconversión del polo sanitario de Matheu con servicio de internación.
En el plano político, el intendente se refirió a su relación con el senador provincial Roberto Costa y su hijo, el concejal Leandro Costa, que en el último año pasó de belicosa a cordial.
“Hoy tenemos el diálogo razonable que tiene que tener quien gobierna un distrito y quien es la principal oposición. Yo tengo la responsabilidad de gobernar y utilizar todas las opciones que sean conducentes al distrito. Mi objetivo es transformar la realidad de Escobar y hacia ahí tengo que ir, sin distraerme del camino”, señaló.
Además, ahondó: “Yo tengo una manera de ser que, a veces, hasta mis propios compañeros del espacio político la comparten, que es hablar con todos. Cuando a mí me permitieron dialogar con mis adversarios políticos, del distrito o de afuera, siempre hemos encontrado caminos de acuerdo”.
Después, autocrítico, agregó: “También yo he tenido que mejorar actitudes frente a los que están del otro lado. Algunos modos, tiempos y maneras en el afán de hacer que, por momentos, no respetaron los tiempos de los demás. Pero soy una persona de diálogo, siempre”.
“El diálogo es una virtud y hay que saber escuchar, tener paciencia y ser consecuente. Yo siempre estoy en el mismo lugar. En la política y en mi manera de pensar. Tengo un camino y a veces ese camino implica tener prudencia, sumar nuevos actores y tener un claro objetivo”, reflexionó.
Consultado sobre la prisión domiciliaria del dos veces intendente y ex policía Luis Patti, fue tajante: “Estoy en contra. Creo que los cometieron crímenes de lesa humanidad deben pagar su condena en una prisión común”, sentenció.
También habló de su relación con la gobernadora María Eugenia Vidal y cuestionó enérgicamente al presidente Mauricio Macri: “Su política es muy mala, nociva para el futuro de la Argentina. Y tiene un mensaje cínico, porque dice que vino a fomentar el diálogo y, sin embargo, a los intendentes peronistas jamás nos invitó a hablar con él”.
“Creo que tiene un mal plan económico y está mal ejecutado. Después de ganar las elecciones, chocaron la calesita. Han diagnosticado el crecimiento invisible y la bomba de tiempo que nadie vio. Entiendo que el poder de los medios que administran logra convencer voluntades, pero en un momento la realidad supera esta ficción”.
Sobre cómo imagina la situación del país en 2019, vaticinó que “va a ser un año bravo, porque el gobierno nacional plantea un plan de ajuste obsceno y su mirada es a lo Bolsonaro con el gatillo fácil: fragmentar la sociedad y dividirla”.