Macri llamó al presidente de la Conmebol para que el partido se juegue en Argentina

La frustrada final entre Boca y River generó el enojo en el presidente Mauricio Macri con su operador judicial y presidente del Xeneixe, Daniel Angelici, que lo llevó a llamar directamente al titular de la Conmebol, Alejandro Domínguez, para pedirle por favor que se juegue el partido en suelo argentino.

Según reveló el portal Doble Amarilla, el mandatario tuvo el martes un nuevo contacto telefónico con el mandamás de Conmebol. Le pidió que revea la postura de que la final no se dispute en Argentina y llegó a ofrecer la provincia de Córdoba. Se chocó con un “no” rotundo de Domínguez.

En paralelo, envió a uno de sus interlocutores en el fútbol, Fernando Marín, a confirmarle al presidente de River, Rodolfo D’Onofrio que su intención siempre fue que el partido se juegue.

“Lo peor que puede pasar es que no se juegue por culpa de los violentos, justo a días del G20”, le había dicho Macri a Angelici y le pidió a su amigo que evite hacer una presentación para postergar el partido o pedir los puntos y lo conminó a que Boca se presente el domingo a jugar.

Pero el operador judicial desoyó al presidente y provocó el primer quiebre de la relación. En Boca aseguran que fue la primera decisión importante de verdad en la que no concensuaron y en la que el Tano terminó cortándose sólo.

Las idas y vueltas entre el Xeneixe y la Casa Rosda terminaron de enojar al titular de la Conmebol, quien había prometiendo que la final no se iba a jugar en Argentina. “Si hace falta me lo llevo a Asunción”, lanzó Domínguez antes de tomar su vuelo el domingo.

Por eso, no tomó por sorpresa que el titular de la Confederación haya comunicado la decisión de que la superfinal se juegue en otro país. Ahora, la relación entre Domínguez y Macri muy buena y fluida, no así la relación con Angelici que volvió a desquebrajarse.

Según confirmó “Doble Amarilla”, en la charla telefónica no hubo reproches pero sí se intentó persuadir a Conmebol para que dé marcha atrás. La respuesta de Domínguez fue un “no” rotundo.

“Macri entiende a Domínguez y no esta enojado con él, sino con la situación”, relató una fuente gubernamental y retrucó que “no ayudó para nada la presentación de Angelici. Ahora en Conmebol no quieren más suspensiones ni papelones, necesitan que el partido salga y bien”.

Esa conversación terminó de ofuscar a Macri con Angelici y todo indica que la relación entre ambos (al menos en el ámbito del fútbol) vuelve a entrar en una etapa de tensión y probable distancia. Algo similar ocurrió a principio de año cuando el Presidente eligió aFernando de Andreis, Fernando Marín y Gerardo de León como sus interlocutores principales con AFA y Superliga en temas como iniciativa para Mundial 2030 o Sociedades Anónimas.